viernes, 11 de septiembre de 2015

Lectura 1: La alimentación en el México antiguo



La alimentación en el México antiguo

Norah Estrada Márquez



La historia de la alimentación, las formas en las que se producen, se elaboran y se consumen los alimentos; están ligadas con las costumbres y cultura de una sociedad que nos da cuenta de la historia de un pueblo.

Los antiguos pobladores de nuestro país, fueron profundos conocedores de la naturaleza y tuvieron una relación armónica con ella, así lo demostraron en los amplios conocimientos reflejados en la astronomía, la botánica, la agricultura y la arquitectura, entre otros.


En algunos relatos interesantes sobre la Nueva España, encontramos la descripción precisa del tipo de alimentos que se consumían y se exhibían en los grandes mercados como el de Tlatelolco (cuyo nombre en náhuatl es Tlaltetelli), el de Monte Albán o el de Juchitán, destacando la variedad y colorido.


Alimentos animales


Numerosos pescados y mariscos, manatí, caracol de río, más de 247 especies de insectos, gallinas, gallos de papada (guajolotes), faisanes, perdices, codornices, patos, venado, jabalí (puerco de la tierra), pájaros de caña, palomas, ardillas, liebres y conejos, perros (llamados tlalchichi), topos, ratas de campo, ranas, armadillos, monos, tepezcuintles, iguanas, tortugas y serpientes.


Alimentos vegetales y granos


Quelites, quintoniles, maíz, cacao, frijoles, semilla de amaranto o alegría (huauhtli), chile de diferentes especies, pepitas de calabaza, papas de varios tipos, aguacates, chilacayotes, huauzontles, nopales, alga espirulina, yerba santa o acuyo, achiote, la herbácea conocida como chipilín, epazote, palmitos, vainilla, chaya, jitomate, tomate, cebollín, ejotes, hongos, algas, verdolagas, malva, mezquite, flor de colorín, xoconostles y chayotes.


Frutas


Piña, plátano, chirimoya (anona), mamey, guayaba, peruétano, zapote amarillo, negro y blanco, papaya, guanábana, chicozapote, chirimoya, más de 20 variedades de ciruela, nanche, pitahaya, uva silvestre (totoloche), tuna, mora, cacahuate y capulín.


La cocina prehispánica, incluía varios guisos cotidianos y comidas de temporada que se servían en las principales fiestas en honor a los dioses, así como a los diferentes cultivos agrícolas que se relacionaban con el clima de las estaciones del año.


Tenían varias formas de endulzar los alimentos por medio de mieles de maíz, de maguey, de abeja y de otros vegetales. Entre las bebidas consideradas en rituales, destacaban el chocolate y el pulque, respectivamente.


Los antiguos mexicanos cocían sus alimentos de diversas maneras: asados directamente a las brasas y con leña, como el caso de animales; o sobre comales de barro, como las tortillas; hervidos, en el caso de algunas verduras; o cocidos al vapor, como los tamales, los cuales incluso se asaban con todo y hoja. Otra forma muy característica es el caso de la barbacoa que hoy en día se sigue preparando envuelta en hojas vegetales y cocida en un hoyo bajo el suelo, cubierto de tierra, calentado con leña, y piedras que absorben y mantienen el calor.


Los habitantes del México prehispánico desarrollaron las plantas que hicieron posible una dieta equilibrada, destacando las más de 40 especies de maíz, (en náhuatl "Tlaolli") que fue una de las principales aportaciones de nuestro continente al llamado viejo mundo (Europa).


Se dice que es el alimento básico de la mayor parte de los pueblos antes de las conquista, que además de ser considerado sagrado, se convirtió en la tortilla, base de nuestra actual alimentación.


Entre otros alimentos preparados con maíz, destacan: atole, pinole, tlacoyo, tamal, pozole, chicha y ezquite, de éste, no sólo se utilizan sus granos, además como derivado del maíz encontramos el huitlacoche, hongo altamente apreciado; las hojas de la mazorca para envolver tamales, quesos y requesones, miel de tuna, pescados, etcétera, práctica que permanece casi intacta hasta nuestros días.


Muchos de estos alimentos, se consumen hasta nuestros días y dan muestra de la continuidad cultural alimenticia de México, en donde el pasado es parte de un presente en el que este riquísimo legado puede prevalecer y ampliarse con las investigaciones, descubrimientos y avances tecnológicos o quedar en el olvido suplantado por las nuevas formas de alimentación



La alimentación en el México prehispánico
Recuperado de Historia General de México, Edición 2000 y edición 2010. México: Colegio de México.


Los pueblos mesoamericanos cultivaron una gran diversidad de plantas comestibles, cercana a 190 especies diferentes que conjuntamente con plantas y frutas silvestres, más animales domésticos o salvajes formaron la base de una de las dietas más ricas del mundo. La dieta común estaba compuesta por tortillas, atole, tamales, frijoles, granos de amaranto y agua de  chía  como  bebida;  algunas  veces  comían  carne  de  venado  o  de  guajalote.  Generalmente se comía solamente dos veces al día. El atole y el chocolate endulzados con miel de maguey o miel de abejas silvestres y aromatizados con vainilla, anís u otras plantas eran las bebidas más apreciadas por los mesoamericanos.


Para  los  gobernantes  y  sacerdotes  había  numerosos  platillos:  guajolote,  faisán,  pato,  venado, pichón, liebre y conejos, pescado y frutas variadas. Acostumbraban comer los tamales rellenos de carne,  caldo  de  ave,  ranas  con  salsa  de  chile,  pescado  con  tomate  o  con  salsa  de  pepitas  de calabaza molidas, axolotl sazonado con chile amarillo, gusanos de maguey asados, atole endulzado y raíces como el camote. La   tortilla,   una   torta   plana   de   harina   de   maíz,   se   convirtió   en   la   dieta   de   los   pueblos mesoamericanos.  La  mujer  dedicaba  gran  parte  de su  tiempo  en  la  preparación  de  ellas.  Por  la tarde  ponía el nixtamal –maíz húmedo con cal-en una cazuela de  barro. Al amanecer y auxiliada con la piedra plana para moler, el metate y la mano de piedra, el metlapil, molía el nixtamal para obtener la masa de la cual tomaba porciones que palmeaba hasta formar la tortilla. Como  verduras  se  cultivaban  el  jitomate,  el  miltomate,  el  huauhzontli  y  varias  hierbas  como  el epazote. Entre las semillas era muy importe el huauhtli o alegría, especialmente en las tierra frías; se usaba para hacer una masa, el tzoalli, que como la del maíz se preparaba en forma de tamales y atoles.  La  chía,  a  más  de  prepararse  como  harina  (chianpinolli),  daba  un  aceite  usado  para  los pigmentos.  De  tubérculos  y  raíces  se  cultivaban  el  camote,  el  guacamote  (mandioca  dulce)  y  la jícama.  Había  también  gran  cantidad  de  frutales:  aguacate,  chirimoya,  mamey,  distintos  tipos  de zapotes, capulin, tejocote, jocote (ciruela o jobo), guayaba, nanche, y las vainas de varias árboles: guamúchil, guaje y cuajiniquil. Una    planta    de    uso    típicamente    mesoamericano    era    el    cacao,    de    cultivo    restringido geográficamente a zonas calientes y húmedas que antiguamente tenía una difusión mucho mayor debido  al  uso  de  riego  en  regiones  áridas  como  la  cuenca  de  Balsas.  La  vainilla  para  perfumar  la bebida de cacao es fruto de una orquídea cultivada en la selva tropical. Probablemente conocidas, aunque   de   importancia   limitada,   eran   dos   plantas   hoy   mucha   más   usadas:   el   cacahuate (tlalcacahuatl) y la piña (matzatli).Entre  las  plantas  de  uso  industrial,  era  muy  importante  el  cultivo  de  algodón,  generalmente  de riego, en las tierras templadas. Como colorantes  sobresalían el xuihquilitl o añil y el achiote,  este último  usado  también  como  condimento.  Para  hacer  vasijas  se  usaban  además  del  calabazo,  los frutos del guaje y el jícaro

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